Pasear por la calle con nuestros hijos, salir a comprar al mercado o hacer jogging son actividades que disfrutamos para relajarnos y que realizamos con mucha frecuencia. Pero además inconscientemente, no prestamos atención a ciertas amenazas que pueden sucedernos por exceso de confianza.

Los ladrones no entienden de edad, sexo o clase social a la hora de buscar una victima en la calle, por ello debemos intentar intuir cuando algún peligro nos acecha.